La elaboración del fieltro


Nuestro paño de lana protege contra el viento, el calor, el frío y la humedad porque es termorregulador, hidrófugo y respirable.

El batanado refuerza y potencia las propiedades naturales de la lana merina.
La fina capa escamosa de la lana se abre bajo el efecto del calor y las fibras se mezclan entre ellas, enganchándose unas a otras de forma irreversible. Con ello se obtiene un paño que conserva las propiedades naturales de la lana virgen, aunque es más denso y resistente que la malla inicial.

Ni hasta las gotas de agua más diminutas consiguen infiltrarse en las fibras del paño.
Asimismo, el agua, el polvo o la suciedad "resbalan" por su superficie, que es tanto hidrófuga como respirable.

Las fibras de lana son muy elásticas y el paño de fieltro, gracias a su confección tejida, conserva esta cualidad.
Se puede doblar 20.000 veces una fibra de lana merina sin llegar a romperla, y estirarla sin daño hasta un 30% más de su tamaño. Al soltarla, la fibra recupera totalmente su tamaño inicial. Por consiguiente, nuestras boinas son resistentes a la vez que conservan su drapeado excepcional, incluso en condiciones extremas.